Muchas personas con enfermedad inflamatoria intestinal (EII), ya sea colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, se interesan por las infusiones como parte de su rutina de bienestar. Aunque a menudo se asocian a beneficios digestivos, no todas las infusiones son inocuas. En el contexto de la EII, algunas pueden provocar molestias o empeorar ciertos síntomas.
Cada persona responde de manera diferente a los alimentos y bebidas, pero si convives con una EII, conviene prestar especial atención a cómo toleras ciertas plantas. Te explicamos qué infusiones hay que vigilar y el porqué.
Té verde, rojo, negro o mate: la cafeína puede no sentarte bien
Estos tipos de té contienen cafeína (también llamada teína), una sustancia estimulante que, en algunas personas con EII, puede resultar irritante/estimulante para el tubo digestivo. Ahora bien, esto no quiere decir que estén prohibidos: si ya los tomabas antes sin problemas y estás actualmente en remisión, es posible que los toleres bien. Aun así, si notas nerviosismo, acidez, dolor abdominal o más actividad intestinal después de tomarlos, quizás te convenga buscar alternativas.
Alternativas más suaves: té blanco (menos cafeína) o infusiones sin teína como el rooibos, que es digestivo y antioxidante.
Menta, poleo menta o hierbabuena: cuidado si tienes reflujo
Estas plantas se utilizan habitualmente para aliviar gases o digestiones pesadas. Sin embargo, tienen un efecto relajante sobre el esfínter esofágico inferior (cardias), lo que puede facilitar el paso del ácido gástrico hacia el esófago y empeorar los síntomas de reflujo o ardor.
Si tienes tendencia al reflujo gastroesofágico, conviene consumirlas con moderación o evitarlas cerca de las comidas.
Infusiones con especias o «picantes»: mejor en pequeñas dosis
Infusiones con jengibre, canela o cúrcuma pueden tener beneficios puntuales, pero en cantidades elevadas, o en personas con el intestino inflamado o sensible, pueden resultar irritantes. La buena noticia es que, si te resultan molestas, seguramente ya lo notarás en la boca, con sensación de picor o ardor.
Consejo: si te gustan estas infusiones, prepáralas suaves o diluidas, y valora siempre tu tolerancia personal.
Infusiones laxantes: sen, cáscara sagrada, aloe vera…
Algunas plantas empleadas para “depurar” o combatir el estreñimiento, como el sen, la cáscara sagrada o algunas preparaciones de aloe vera, tienen un efecto laxante intenso. Este tipo de acción puede ser demasiado agresiva en personas con EII, incluso en remisión, y provocar diarrea, cólicos o urgencia para defecar. En general, no se recomiendan en EII, salvo que sea bajo indicación profesional.
La temperatura: ni muy fría ni demasiado caliente
Más allá del tipo de infusión, la temperatura del líquido también cuenta. Las bebidas muy frías o muy calientes pueden estimular excesivamente el intestino y causar malestar. Lo mejor es que las infusiones estén templadas o a temperatura ambiente, sobre todo si estás en fase de brote o notas más sensibilidad digestiva.
En conclusión:
- No todas las infusiones son iguales: elige las que te sientan mejor.
- Evita temperaturas extremas en las bebidas.
- Si una infusión te sienta bien, puedes seguir tomándola; si te genera síntomas, prueba a dejarla unos días y valora cómo te encuentras.
- Ante cualquier duda, consulta con tu equipo médico o con un/a dietista-nutricionista especializado/a en EII.
Convivir con una EII implica escuchar a tu cuerpo. Cada pequeño gesto cuenta, también lo que bebes.
Virginia Gómez Sánchez. Dietista-Nutricionista.
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